Tres días hacia Santiago: el primer gran reto de Laura y Marcos
El Camino de Santiago es más que una ruta: es un viaje interior, un reto físico y un recorrido cargado de simbolismo. Para Laura y Marcos, una pareja ciclista que vive en Tenerife, esta aventura significaba mucho más que llegar a la Plaza del Obradoiro. Era descubrir lo que podían lograr juntos, paso a paso, pedalada a pedalada.
Laura, catalana de nacimiento, se subió a la bicicleta hace apenas unos meses. Marcos, con años de experiencia en el ciclismo, encontró en este reto la excusa perfecta para compartir con ella lo que más le apasiona. Tres días, más de 490 kilómetros, y un objetivo compartido: llegar juntos a Santiago.
El viaje comenzó en el pueblo de la abuela de Laura, Trasierra (Cantabria). Desde allí atravesaron Gijón hasta llegar a Avilés. Fue una jornada de 191 km y casi 2.700 metros de desnivel que se convirtió en una verdadera declaración de intenciones: esfuerzo, dureza y emoción desde el primer momento.


El segundo día los llevó hasta Galicia. Entre risas, paisajes infinitos y la complicidad del camino, descubrieron la magia de compartir kilómetros y pequeños momentos: bocadillos de nocilla, plátanos, charlas, silencios. El cansancio aparecía, pero la ilusión lo superaba todo.


El tramo final fue el más duro. El cuerpo pedía descanso, pero la meta estaba cerca. Cada subida se convirtió en un reto mental, cada pedalada en un recordatorio de por qué estaban allí. Y al llegar a Santiago, todo cobró sentido: la emoción, la superación y la felicidad de haberlo conseguido juntos.
Una experiencia compartida
Para Laura, este Camino fue una confirmación de que podía hacerlo. Su primer reto ciclista por etapas se convirtió en un símbolo de confianza y crecimiento personal. Para Marcos, fue acompañarla, apoyarla y descubrir juntos paisajes únicos. Como pareja, fue una aventura que los unió aún más.


Durante los tres días, Laura y Marcos llevaron consigo la colección Origen de LABRISA: los culotes Carbón y Expreso, los maillots Verde Oliva y Crema, y nuestros calcetines de verano. Comodidad, ligereza y diseño se hicieron imprescindibles: tejidos que se secaban rápido para repetir uso al día siguiente, badanas de alto rendimiento para resistir largas horas sobre el sillín, detalles reflectantes que aportaban seguridad en tramos de baja luz y bolsillos amplios para llevar todo lo necesario.
Para Laura, el culote femenino con diseño práctico marcó la diferencia: poder parar sin quitarse el maillot ni la mochila convirtió cada descanso en un alivio y no en una complicación.
Más que un reto
El Camino de Santiago fue para Laura y Marcos mucho más que una aventura ciclista. Fue un viaje de descubrimiento, superación y conexión. Una historia que refleja lo que en LABRISA creemos que significa salir en bici: libertad, disfrute y la certeza de que cada ruta guarda una historia única.

